de ROMÁN TORRE
INSTALACIÓN INTERACTIVA
del
15 de Marzo al 12 de Abril 2003
n
e t w a l l
Reciclar. tr. Tecnol. Someter repetidamente una materia a un mismo ciclo, para ampliar o incrementar los efectos de este.
Román Torre (Gijón, 1978) proporciona segundas oportunidades a objetos desechados por la sociedad de consumo. La gente lo llama basura, desechos, estorbos… Muchas veces ni siquiera están rotos ni son viejos pero son objetos que al perder el uso para el que fueron concebidos o, simplemente, al estar fuera de su contexto, han dejado de tener valor: son INUTILES.
Pero no para todo el mundo. Aquí está Román para demostrar que hay otra vida para ellos. Román los re-cicla, los somete al trabajo de su proceso creativo para modificar sus caraterísticas e incrementar su dignidad. De objetos desechados a esculturas lumínicas.
Duchamp fue el primero. Él introdujo un urinario en un museo. Gestos como este hoy ya no tienen sentido. Los museos están llenos de urinarios y el arte está fuera de ellos. El arte de Román pasa de museos. Es un arte que alumbra desde lugares mucho más cotidianos y auténticos, en el bar de la esquina , en el escaparate de la ferretería del barrio o en la intimidad de tu dormitorio.
Arte sin pretensiones. Arte modesto. Arte real.
Ahora nos presenta Netwall. Las garrafas antes aisladas se asocian para crear una nueva estructura, un gran muro de 6 x 12 elementos lumínicos. Una vez más son sometidas al ciclo que las llevará a un nuevo estado. Anteriormente en Soundwall ya había experimentado con el muro como elemento formal, aunque en aquella ocasión las garrafas se iluminaban como un gigantesco ecualizador que se movía al ritmo de la música.
Pero aquí da un paso más con la introducción del factor interactividad. Así Los internautas pueden intervenir en la instalación como si el muro fuera un gigantesco LED donde cada garrafa es un pixel. El espectador que está en la sala percibe las evoluciones de la obra en tiempo real y gracias a otro PC puede convertirse también en protagonista.
De este modo, el muro trasciende su propia naturaleza. En las manos de Román ha dejado de ser un elemento que separa y aísla para convertirse en el espacio de encuentro que posibilita el diálogo entre personas desconocidas que se encuentran a miles de kilómetros.
En los tiempos que corren, plagados de artistas con muchas ganas de serlo pero poca creatividad que ofrecer, la obra de Román se agradece como un soplo de aire fresco. Su propuesta es absolutamente sincera y directa ,tal y como es él. Lejos de discursos conceptuales y bla-bla vacío. Sus esculturas nos remiten a la tradición del artesano en el mejor sentido de la palabra, el de persona que sabe hacer cosas con sus propias manos , inoculando en cada uno de nosotros la facilidad de imitar su proceso, de jugar transformando lo inutil en algo diferente.Y eso es algo admirable.
Luz Bejarano y Mauro Castro, (Luxmao) marzo 2003
Reciclar. tr. Tecnol. Someter repetidamente una materia a un mismo ciclo, para ampliar o incrementar los efectos de este.
Román Torre (Gijón, 1978) proporciona segundas oportunidades a objetos desechados por la sociedad de consumo. La gente lo llama basura, desechos, estorbos… Muchas veces ni siquiera están rotos ni son viejos pero son objetos que al perder el uso para el que fueron concebidos o, simplemente, al estar fuera de su contexto, han dejado de tener valor: son INUTILES.
Pero no para todo el mundo. Aquí está Román para demostrar que hay otra vida para ellos. Román los re-cicla, los somete al trabajo de su proceso creativo para modificar sus caraterísticas e incrementar su dignidad. De objetos desechados a esculturas lumínicas.
Duchamp fue el primero. Él introdujo un urinario en un museo. Gestos como este hoy ya no tienen sentido. Los museos están llenos de urinarios y el arte está fuera de ellos. El arte de Román pasa de museos. Es un arte que alumbra desde lugares mucho más cotidianos y auténticos, en el bar de la esquina , en el escaparate de la ferretería del barrio o en la intimidad de tu dormitorio.
Arte sin pretensiones. Arte modesto. Arte real.
Ahora nos presenta Netwall. Las garrafas antes aisladas se asocian para crear una nueva estructura, un gran muro de 6 x 12 elementos lumínicos. Una vez más son sometidas al ciclo que las llevará a un nuevo estado. Anteriormente en Soundwall ya había experimentado con el muro como elemento formal, aunque en aquella ocasión las garrafas se iluminaban como un gigantesco ecualizador que se movía al ritmo de la música.
Pero aquí da un paso más con la introducción del factor interactividad. Así Los internautas pueden intervenir en la instalación como si el muro fuera un gigantesco LED donde cada garrafa es un pixel. El espectador que está en la sala percibe las evoluciones de la obra en tiempo real y gracias a otro PC puede convertirse también en protagonista.
De este modo, el muro trasciende su propia naturaleza. En las manos de Román ha dejado de ser un elemento que separa y aísla para convertirse en el espacio de encuentro que posibilita el diálogo entre personas desconocidas que se encuentran a miles de kilómetros.
En los tiempos que corren, plagados de artistas con muchas ganas de serlo pero poca creatividad que ofrecer, la obra de Román se agradece como un soplo de aire fresco. Su propuesta es absolutamente sincera y directa ,tal y como es él. Lejos de discursos conceptuales y bla-bla vacío. Sus esculturas nos remiten a la tradición del artesano en el mejor sentido de la palabra, el de persona que sabe hacer cosas con sus propias manos , inoculando en cada uno de nosotros la facilidad de imitar su proceso, de jugar transformando lo inutil en algo diferente.Y eso es algo admirable.
Luz Bejarano y Mauro Castro, (Luxmao) marzo 2003
HORARIO:
de 18:30 a 21:30
